Crónicas del corazón de las "bulles"

Este pasado fin de semana asistí como invitado a la 10ª edición del festival de BD de Montreuil Bellay, como ya había anunciado en la entrada anterior.
Como fue un festival muy especial para mi, por muchas razones que enumeraré (o no), he decidido hacer una crónica y acompañarlo de fotografías! Sí! (los habituales de este blog deben estar alucinando! :-P)
He de reconocer que el largo viaje vía Madrid-Paris, tren a Tours y coche hasta el festival me daba una tremenda pereza y pensaba más en lo agotador que iba a ser, teniendo en cuenta que mañana me voy a otro festival, esta vez a la costa mediterránea... que lo que pudiera dar de sí el festival. Craso error, amigos... fue un fin de semana para recordar. Doy fé que lo haré.

Para empezar, a nuestra llegada, contemplamos un entorno precioso, lleno de construcciones perfectamente conservadas, y a un hotel con unas vistas tan estupendas como muestra esta foto:

Además de una piscina climatizada exterior, jacuzzi, sauna y demás comodidades... nadar mirando el magnifico castillo es un lujo en toda regla.
Aquí se puede ver una parte de él, y a la mañana siguiente lo hicimos por su interior de manera guiada... y fue muy interesante también.


La primera noche disfrutamos de una cena en unas bodegas dónde se trabajaba el vino, uno de los estandartes de la zona, y entre muchas (MUCHAS) botellas de vino, asistimos a la investidura de algunos autores como Caballeros del Vino! todo un honor y de cuya ceremonia disfrutaron unos más que otros (jeje)...
En la foto, de Izq. a Dcha. la alegría de la fiesta, Ana Miralles no sabe que hacer con su copazo (el cual debían beber del tirón)... aunque esconderse tras él no era una solución; Munuera, tras prometer llevar allá dónde fuera el honor de la salchicha de pescado, sí supo que hacer con el copazo :-D y por último, el señor Pellejero, que tras escuchar la lectura de sus éxitos profesionales (...y fue una larga lectura), debió decirse a sí mismo... voy a beber y que pare ya!

En definitiva, fue una cena muy divertida, nos reímos mucho con nuestros representantes de la Orden del vino y la fiesta se prolongó para unos más que para otros.
Ay! Y al día siguiente a firmar! (dónde he dejado mis aspirnas!??)


El sábado firmabamos ejemplares en un edificio muy chulo y comprobamos agradecidos la gran asistencia de público. Javi y yo firmamos codo con codo por primera vez, y fue muy divertido (y además nos permitió firmar más libros, porque ibamos más rápido).
Fue una sesión muy satisfactoria y divertida. Gracias a todos los asistentes que se acercaron para su firma! Esperamos que os haya gustado! :-)

En esta foto, el gran Rubén Pellejero dedica sus ejemplares. Pongo esta foto en particular (hecha por Emilio Ruiz, otro gran descubrimiento de este festival) porque me parece una imagen muy bonita. Además, así aprovecho para darle las gracias a Rubén por el buen rato que pasamos (junto a Mercè).

Esa noche asistimos a un espectáculo flamenco mientras cenamos y aunque un poco destrozados, hubo hueco para el humor. Pero los chistes contados dos veces no tienen gracia... ;-) (o sí!)El domingo firmamos por la mañana otra vez y volvió a ser un éxito de público. Además de contar con el apoyo incondicional de nuestras groupis ;-) y reirnos mucho de nuevo. A primera hora de la tarde, Javito y yo recibimos la sorprendente y agradable noticia de que no podíamos firmar más... y es que se habían agotado todos los ejemplares de nuestros libros. Sí, igual es que había pocos... pero dejadme pensar que simplemente fue un éxito. :-P

Así que, birrica en mano, nos dedicamos a cachondearnos del resto de personal currante... y hacernos fotos. Para muestra un botón. Lo que era una foto de 3, se convirtió casi en una piramide en segundos.
Apuntar que al ver esta imagen, me hace gracia recordar a Ana Miralles dejando su puesto y correr hacia la piramide creciente con un: "que falto yo! que falto yo!" XDDDD
Por suerte, tengo esta foto para recordarlo!
Pero como todo lo bueno, llega el final y siempre antes de lo que a uno le gustaría. Esta última fotografía de Emilio, me da una sensación melancólica y al mismo tiempo fantástica, como si de un "Nunca jamás" se tratase, y una parte de nosotros quisiese quedarse allí congelado en ese momento. Y quizás por eso, lo echaremos más de menos y nos resultará más especial en la memoria.

Son ya unos cuantos los festivales que he disfrutado, pero éste ha propiciado que formasemos un grupo que empatizó, más allá de las generaciones y el trabajo, y se convirtiera en una especie de campamento tebeístico que guardaremos (al menos yo) igual que esos veranos de chaval.

Un placer haber coincidido con todos vosotros chicos! Espero que se repita pronto! Mientras tanto, os echaré de menos.

t.